Unos precios justos tanto para los agricultores como para los consumidores, así como una información clara, veraz y transparente, son condicionantes para que el sector primario y los consumidores desempeñen su papel esencial a la hora de garantizar la autonomía estratégica en la producción alimentaria europea. Dicha soberanía debe estar en consonancia con la estrategia europea «De la Granja a la Mesa» en el marco del Pacto Verde europeo, lo que requiere un ajuste de las políticas alimentarias actuales.